miércoles, 10 de agosto de 2011

La salud mental según la Medicina Tradicional China

Por enfermedades mentales se entienden aquellos tipos de anomalías en los que debido a diversos motivos, en particular la excesiva excitación espiritual y psíquica, las funciones de los órganos y las vísceras del cuerpo humano pierden su normalidad, se dañan y se debilitan el qi (energía), la sangre, los líquidos corporales, el jing (esencia) y la médula, o hay caos en su circulación. Todo esto causa disfunción del Corazón y el cerebro, que se manifiesta en cambios extraños en los diversos tipos de conciencia, sentimientos, ánimo, habla y conducta.
Las enfermedades mentales en la MTCh (Medicina Tradicional China) no equivalen totalmente a las de la medicina moderna. Tienen relaciones entre sí y se diferencian las unas de las otras. Las enfermedades mentales a que se refiere la MTCh abarcan casi todos los síntomas de los trastornos mentales de la medicina moderna. Sus diferencias consisten en que, primero, la clasificación es distinta, pues una psicosis puede verse expresada en varias enfermedades mentales, por ejemplo la neurosis, en medicina tradicional se hace diferenciación y tratamiento de síntomas principalmente manifestados como palpitación y taquicardia, amnesia, insomnio, depresión y sincope, etc.; segundo, el campo es diferente pues las enfermedades mentales en la MTCh incluyen casi todas las psicosis, y al mismo tiempo, otros males, por ejemplo, la arritmia causada por enfermedades cardíacas si se manifiesta con palpitación y taquicardia en la práctica clínica, como su síntoma principal, la enfermedad pertenece al campo mental. Estas diferencias nacen principalmente en la diversidad del método y ángulo de enfoque de los problemas.
El cuerpo humano es un conjunto orgánico íntegro con los órganos (zang) y las vísceras (fu) como centro. Cada víscera, órgano y tejido tienen sus respectivas funciones. Estas actividades y funciones distintas son partes integrantes de las actividades del conjunto. Se coordinan y se aprovechan, lo cual determina sus influencias recíprocas en la patología. Las actividades mentales, tal como las otras actividades vitales, son también producto de las actividades funcionales de las vísceras y los órganos.
La alegría, la ira, la ansiedad, la meditación, la tristeza, el miedo y el terror son 7 factores emocionales. Sus alteraciones son el reflejo del cuerpo humano respecto al mundo externo, es la manifestación de las actividades funcionales de los órganos y las vísceras, no originan enfermedades mentales. Pero una estimulación repentina, fuerte y permanente en lo emocional puede causar trastornos en las funciones de los órganos y vísceras y disturbios en la circulación del qi y la sangre, conduciendo a enfermedades mentales. El capítulo “Exposición de gran importancia sobre el Yin y Yang” de Suwen dice: “La ira daña el Hígado”, “la alegría perjudica el Corazón”, “la meditación perjudica el Bazo”, “La tristeza daña los Pulmones”, “el temor daña los Riñones”.
La alteración anormal de las emociones perjudica los órganos internos, haciendo que pierdan la normalidad en el ascenso y descenso y se disturbe la circulación del qi y la sangre. Sus manifestaciones son muy concretas: “La ira eleva el qi; la alegría lo lenifica, la tristeza hace desaparecer el qi y el temor lo desciende”, “el terror desordena el qi”, “la meditación contribuye a la acumulación del qi”. Esto es: una excesiva ira puede originar un ascenso vertiginoso del qi que ataca y desordena el ánimo y la lucidez produciendo extravagancias e insultos furiosos, insomnio y muchas pesadillas, deseo de pegar, de romper objetos, incluso la sangre puede acompañarlo en el ascenso ocupando el cerebro y provocar, por lo tanto, un desmayo. La excesiva alegría puede causar la dispersión y evaporación del qi del Corazón, el espíritu no se guarda en su lugar, originando la posibilidad de no encontrar la atención, e incluso se puede perder el shen y enloquecer. La excesiva tristeza daña el qi pulmonar y rebaja la voluntad. Un excesivo temor puede alterar la solidez del qi de Riñón que escapa hacia abajo, y su síntoma es la imposibilidad de control sobre la materia fecal y la orina. O el temor no se resuelve y daña la esencia, produciendo mareo y vértigo, amnesia, eyaculación seminal involuntaria; el repentino terror hace que el Corazón y el espíritu pierdan su administrador, el espíritu no tiene a qué adherirse, el pensamiento no encuentra estabilidad, y eso se manifiesta en la intranquilidad y el desconcierto. La excesiva meditación daña el shen y el Bazo; y su consecuencia es la disfunción en el transporte y transformación, el estancamiento en el mecanismo de qi causa anorexia, distensión abdominal o malgaste de la sangre Yin, y el Corazón y el espíritu pierden su apoyo por lo que se presentan palpitación, amnesia, insomnio y pesadillas. “El Corazón: si se mantiene tenso en permanente alerta, la angustia y meditación, daña el shen, con el shen dañado, se teme perder”, “el Bazo: si no se libra de la angustia, daña el pensamiento, con el pensamiento trastornado, viene el caos”, “el Hígado: la excesiva tristeza que conmueve el jiao medio daña el alma, con el alma dañada se pierde la memoria”, “los Pulmones: la alegría excesiva hiere la psique y con la psique herida viene el kuang”, “los Riñones: la cólera incesante daña la voluntad, con la voluntad dañada se olvida lo pasado”. Se puede deducir de ello que el excesivo cambio emocional puede perjudicar los 5 órganos. Con el surgimiento de las alteraciones emocionales, se pierde la normalidad de la conducta, decaen la memoria y la inteligencia y se producen otros cambios mentales negativos semejantes. Como el Corazón es el principal órgano administrador y cavidad de la mente y regula las actividades mentales del hombre, la alteración anormal emocional, necesariamente, afecta primero al Corazón, después a los otros órganos, produciendo cambios mentales anormales. A través de numerosos casos clínicos, la experiencia muestra que el daño derivado de los 7 factores emocionales son factores principales conducentes a enfermedades mentales.

Manuel Gómez Hevia

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