miércoles, 3 de agosto de 2011

El Metal: El Pulmón

En el Pulmón, el Qi del Cielo (aire) se une con el Qi de la Tierra (nutrición) formando el Qi que vitaliza la vida humana. Como un ministro que dirige los asuntos de estado y determina los márgenes territoriales, el Pulmón gobierna la relación entre el interior y el exterior, marcando los límites y protegiendo las fronteras. Mediante el control y la delicadeza, la expansión y la contracción, el Pulmón recoge, mezcla y esparce el Qi, infundiendo el ritmo y el orden.
Como intermediario entre nuestro mundo interno y externo, el Pulmón se encarga de la seguridad externa. Ia piel, a veces denominada el «tercer Pulmón», es la superficie más externa de una persona y proporciona la envoltura elástica que nos contiene y nos protege de las intrusiones. El Pulmón transpira a través de la capa dérmica: mediante el sudor, además de las aberturas de los poros, ajusta constantemente la humedad y la temperatura del cuerpo. Como una membrana de porosidad variable, el Pulmón tensa y engrosa la piel para evitar las influencias no deseadas y guardar los recursos internos valiosos, o la afloja y la vuelve fina para liberar las sustancias o sentimientos internos no queridos y permitir que penetren las influencias deseables. A menudo, la primera estrategia para tratar una enfermedad aguda es expulsar las influencias patógenas de Frío, Calor y Viento a través de la piel utilizando métodos que estimulan la circulación periférica y abren los poros. El Pulmón moviliza la periferia, llamada wei Qi, o primera línea defensiva, que permite (pie el cuerpo se adapte a su ambiente y resista la adversidad. Si el Qi del Pulmón es débil, nuestra protección física y emocional se reduce, haciéndonos vulnerables a las enfermedades infecciosas así como a los sentimientos y pensamientos negativos de otras personas.

La suave dispersión de los Fluidos por todas las partes del cuerpo es también tarea del Pulmón. Este recoge la Esencia de los Líquidos y la transporta hacia arriba desde el Bazo, y la humedad del aire, «precipitándola» hacia abajo, como la niebla, hacia el Riñón y la Vejiga, también liberándola en forma de sudor. De este modo el Pulmón sirve para regular la emisión de orina. Si se impide que el Qi del Pulmón descienda adecuadamente, los Fluidos se acumulan en la parte superior del cuerpo, provocando edema facial arriba, y micción escasa abajo. Si. Por el contrario, el Qi del Pulmón se debilita gravemente, los Fluidos y la vitalidad pueden escapar del cuerpo a través de una transpiración excesiva (sudor en reposo) o de una micción descontrolada (incontinencia), porque el Yang del Pulmón no puede evaporar el Qi hacia arriba. Como los Fluidos se generan en el Bazo y son transportados hacia el Pulmón, si existe un problema en el Bazo, se producirá una acumulación de Fluidos o Humedad. Esta Humedad del Pulmón puede congelarse en flema, que obstruye los bronquios, la garganta y la nariz, dificultando la respiración, provocando tos, asma y congestión nasal. El Qi es el foco superior que acepta el Qi, y el Riñón es el foco inferior que lo atrapa y lo fija. La falta de aliento puede producirse cuando el Riñón no puede almacenar el Qi que recibe el Pulmón.
La conexión pulmón-corazón
Como el Pulmón dirige el Qi y el Corazón rige la Sangre, dependen uno del otro. El axioma «Donde va el Qi, hacia allá fluye la Sangre» significa que el movimiento del Qi gobierna el flujo de Sangre. El latido del Corazón mantiene el ritmo de la respiración, y la Sangre sigue al Qi en su vuelta al Corazón. Una congestión del Qi del Pulmón impide la circulación de la Sangre, causando palpitaciones y plenitud en el pecho. Una deficiencia del funcionamiento del Corazón perjudica la respiración, provocando falta de aliento y sudor abundante. Otras alteraciones del Pulmón se manifiestan como desórdenes de la piel, de las membranas mucosas y de la circulación venosa. Los signos de esto incluyen piel seca y arrugada, dermatitis alérgica, pérdida del vello corporal, venas varicosas, sensibilidad a las corrientes de aire y a los cambios de temperatura, y baja inmunidad frente a resfriados, gripes y otras infecciones microbianas.
La pareja del pulmón: El intestino grueso
El Intestino Grueso es la pareja Yang del Sistema del Pulmón. Acumula y elimina los desechos de la digestión y el metabolismo, continuando el proceso de refinamiento que se inicia en el Pulmón. Al expulsar el aire viciado y excretar las materias turbias, el Pulmón y el Intestino Grueso excluyen lo que ya no se desea o se necesita.
En general, el Intestino Grueso define y configura lo que ya no queremos y lo que no somos nosotros, creando espacio para reconocer lo que sí queremos y lo que somos. Esto nos ayuda a distinguir concretamente entre lo que es útil e inútil, beneficioso o dañino, correcto e incorrecto, propio y ajeno.
Cuando el Intestino Grueso no funciona correctamente, las distinciones se vuelven vagas y ambiguas, y la mente está ofuscada y confundida. Si no se elimina correctamente lo viejo, no queda lugar para lo fresco y lo nuevo, dejando una sensación desagradable de mala ventilación, aire viciado y ausencia de vitalidad. Inversamente, no ser capaz de extraer y retener lo bueno deja a la persona débil, vacía y seca. El Intestino Grueso, junto con el Pulmón, favorece el proceso de separación, destilación, individualización y eliminación, engendrando un sentimiento distinto de la forma y la valía.
La facilidad mediante la cual somos capaces de dejar ir los pensamientos, sentimientos y apegos innecesarios la proporciona la función de este Sistema. Dejar ir puede experimentarse en el grado extremo como una pérdida de control, provocando un urgente deseo de ejercer una autorregulación más estricta. Para preservar la seguridad puede sacrificarse la relajación y la flexibilidad. Esta resistencia a liberar fácilmente los impulsos y expresar los sentimientos se manifiesta como una postura de rigidez y retención. Suprimir las reacciones físicas y emocionales es una forma de acorazarse, tensando y endureciendo el envoltorio protector de la psique y del soma. La piel y la musculatura superficial se vuelven rígidas, los músculos más profundos del diafragma y los Intestinos se vuelven espasmódicos y tensos. Las consecuencias de este exceso de represión por parte del Pulmón y del Intestino Grueso son asma, estreñimiento, rigidez de la columna y el cuello y colon espástico. La  fijación mental y la inhibición emocional limitan el grado de respuesta, refrenando la creatividad y la adaptabilidad del organismo.
Inspiración, forma
Con la inspiración y la expiración el cuerpo se infla y se encoge, definiendo los márgenes de la contracción y la expansión, las polaridades fundamentales del Yin y del Yang. la respiración se divide en inhalación y exhalación; entre las dos hay un breve intervalo, un momento de quietud que separa los dos fenómenos, marcando el comienzo y el final. El Pulmón es sensible, tierno, dúctil, abierto y refinado, pues dirige el Qi proporcionando forma, estructura y definición. Cuando el Pulmón es enérgico y fuerte, la piel es suave, flexible y fresca, el cuerpo tiene abundante energía física, un ritmo equilibrado y una inmunidad superior. El Pulmón es la fuente de la inspiración; crea el espacio abierto, el vacíe dentro del cual toman forma las nuevas ideas y emociones.


No hay comentarios:

Publicar un comentario