martes, 12 de julio de 2011

La enfermedad, los cinco elementos y la acupuntura

La enfermedad, los cinco elementos y la acupuntura
De la misma forma que la tierra se rige por los ciclos del cielo que son las estaciones o los cinco elementos, a las personas nos ocurre lo mismo exactamente, ya que también somos parte de este mundo y nos dominan los mismos procesos, al menos así lo entendían los antiguos taoístas en su búsqueda de la Alquimia interna.
Partiendo del principio de que no existe enfermedad sino enfermo, diremos que uno no está enfermo porque tiene una enfermedad, sino que tiene una enfermedad porque está enfermo. Por lo que nosotros no vamos a actuar como el médico sino como un simple jardinero y no vamos a curar una enfermedad, sino que vamos a cuidar a una planta viva, ayudándola a que tenga una larga vida.
El yin y el yang  al combinarse generan los cinco elementos dando lugar a todas las estaciones, el clima y todas las etapas de la vida. En la antigüedad se entendía que esos diferentes fenómenos climáticos eran los que penetran en el cuerpo originando la enfermedad, de la misma forma que podían dañar una planta, (la humedad, el viento, el calor, la sequedad, el frio y el fuego), y hacerla morir. En el cuerpo humano sucede lo mismo, esos mismos factores climáticos penetran y son los responsables de que enfermemos.
Sabemos que cada elemento, estación, clima, color, sabor, etc., está relacionado con un órgano y una víscera, por lo que dicho órgano va a estar dominado por su clima correspondiente, tonificando, regulando o sobreexcitándolo, dependiendo de lo fuerte o grande que este sea, por ejemplo el calor tonifica y regula el corazón, la falta del mismo lo apaga y el exceso de calor lo agita y excita. Y así sucesivamente con todos…
Por lo tanto la verdadera causa de enfermedad para los antiguos era esa y todavía al día de hoy lo entienden así y si comprendemos bien esto también comprenderemos la MTCH y la acupuntura en cuestión, pero no solo la acupuntura, sino todo lo relacionado con estas teorías, como son el Qi Gong, feng Shui, etc.
Somos como esa planta viva que se marchita por algún motivo y no se trata de cortar las hojas en mal estado sino de preguntarse por que están mal.
De la misma manera que cada órgano está representado en un elemento, dicho órgano está unido a un canal por el cual circula su energía, que habitualmente llamamos meridiano, con un trayecto interno y externo perfectamente definido. Dentro de ese canal existen varios puntos relacionados con los diferentes elementos, punto madera, fuego, tierra, metal y agua. Así como puntos que lo regulan, tonifican, dispersan, conectan con la energía yin, yang, etc.
De forma que cuando el jardinero detecta que algo no va bien en su planta, investiga que factor patógeno esta afectándola y seguidamente diseña el tratamiento y las pautas a seguir, mucha humedad, demasiado viento, malas raíces etc., etc., etc. Y utilizando estos puntos, la aporta o la quita  calor, humedad, sequedad, viento y demás.
Esta es y ha sido la manera de tratar desde muy  antiguo y sobre todo así de sencillo. En muchos trabajos , escuelas y estilos es posible ver grandes complicaciones, formulaciones, explicaciones científicas, razonamientos más que filosóficos, médicos psicológicos y de todo tipo para al final acabar utilizando los puntos y tratamientos sencillos y de siempre, ya que no hay otros, solo es posible aplicarla según la ley de los cinco elementos, porque la acupuntura fue, es y será como os acabo de explicar y por mucho que lo han intentado no han podido mejorar ni superar  el conocimiento de los Antiguos, ya que es mucho mas sencillo de lo que nos cuentan pero solo puede comprenderse desde la lógica y el razonamiento oriental, nunca occidental, por lo que para poder actuar como ellos debo de sentir y pensar como ellos.

Si pienso y actuó así seré capaz de llegar a conocer mi planta y qué necesita en cada momento, pero si pienso con la lógica cuadriculada occidental nunca llegare a entender ni lo más básico y solamente acabaré  limitándome a realizar tratamientos de libro, estrellándome en la gran mayoría de ellos.
-BUSCANDO LA SENCILLEZ LLEGARE A LO MÁS PROFUNDO-

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