martes, 13 de septiembre de 2011

temas inolvidables 2

nana de bella

secret garden, adagio

Dejarse inmovilizar por el pasado....

Muchas personas dicen que no pueden disfrutar
del día de hoy a causa de algo
que sucedió en el pasado.

Como antes no hicieron algo,
o no lo hicieron de cierta manera,
no pueden vivir plenamente el ahora.

Como ya no tienen algo que tuvieron,
no pueden disfrutar del presente.

Porque en el pasado alguien los hirió,
ahora no quieren aceptar el amor.

Como una vez que se comportaron
de cierta manera les sucedió algo desagradable,
están seguros que volverá a sucederles
si actúan de ese modo.

Porque una vez hicieron algo de lo cual se arrepienten,
se consideran para siempre malas personas.

Alguien les jugó una mala pasada en una ocasión,
y ahora están seguros de que su vida
no es lo que ellos quisieran
 por culpa de aquella persona.

Porque en el pasado una situación los indignó,
ahora se aferran virtuosamente
a aquella indignación.


Debido a alguna antigua experiencia
en se sintieron maltratados,
jamás han querido perdonar ni olvidar.

Lo que muchas veces nos negamos a reconocer
es que aferrarnos al pasado,
haya sido lo que haya sido
y por más terrible que fuera,
sólo sirve para hacernos daño.

 A "ellos" en realidad no les importa,
y por lo común, ni siquiera se dan cuenta.

Si nos negamos a vivir plenamente
el momento presente,
sólo nos hacemos daño a nosotros mismos.

El pasado pasó, pertenece al ayer
y no es posible cambiarlo.

Este momento es el único en que podemos vivir.

Hasta cuando nos quejamos del pasado,
nuestro recuerdo de él se da en el presente,
y en el proceso nos estamos perdiendo la verdadera
vivencia de este momento.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Nuestra Participacion en el 24 festival international des Arts Martiaux, Bercy 2009

28-03-2009, sábado noche. Esa era la fecha.
Y bueno, aquí estamos ya de vuelta.

Un sueño cumplido que se nos presentó de la forma más tonta…quién nos lo iba a decir!. El amigo Bart, entre risas y comentarios en los vestuarios después de un entrenamiento nos dijo que tuviésemos cuidado con lo que pedíamos, pues podía volverse realidad.



 Manu le había dicho que a ver si nos llevaba a Paris (Bart es medio francés), a la gala de Bercy, entre esas risas y comentarios.
Y bueno, al día siguiente, Bart habló con Manu acerca de unas llamadas de teléfono que había realizado y…lo que consiguió fue ponernos en bandeja realizar ese sueño.
Manu quiso tambien compartir ese sueño con el equipo de Cordoba, Sevilla y el maestro Paulo Reis de Portugal, invitándolos a participar.














La Gala de Artes marciales de Paris-Berçy, es de las más prestigiosa del mundo, a la que se acude solamente por invitación y después de pasar una evaluación por la organización del propio evento.
Por eso nosotros, como la inmensa mayoría de practicantes de artes marciales de este país, sólo sabíamos de esta gala, por la televisión, internet o por verla en directo los que hayan tenido la oportunidad...

 Como unas Olimpiadas para los deportistas de élite, podría decirse.

Y bueno, regresamos contentos con los resultados y sobre todo por la experiencia vivida.















Tantos meses entrenando para el gran evento, tantas horas tratando de perfeccionar las técnicas, tantas charlas preparatorias…cabreos, decepciones y trabajo, trabajo, trabajo, una semana después veo el vídeo de nuestra exhibición y mi cuerpo aún reacciona ante las técnicas que me tocó hacer, como si estuviese allí.
Ha sido algo impresionante que hay que vivirlo, no se puede explicar con palabras., pero voy a intentarlo:
Llegamos a la zona de calentamiento, vestidos de rojo ya, con la palabra “España” bien grande a la espalda en nuestros anoraks, e hicimos un ensayo. Al terminar, nos dimos cuenta de que alrededor nuestro, se había puesto los fotógrafos, personal de organización y otros participantes de distintas disciplinas. Quedamos sorprendidos cuando empezaron a aplaudir...
 y lo hacían convencidos de haber visto algo bueno.
Ese gesto nos animó bastante, y nos dijo que estábamos por el buen camino.

Tuvimos la oportunidad de subir a la grada para disfrutar de la gala también, y uff…aquello realmente te hacía sentir pequeño…muy pequeño. El pabellón Omnisports estaba ocupado como al 90%. No sabría decir cuántas miles de personas había allí, pero su capacidad es para 22.000 aproximadamente.
Y allí estaba yo sentado, con Jhonny y la gente de Córdoba. Uno más gozando de las exhibiciones de Jiu-Jutsu, Viet-Vo-Dao, especialistas de Nunchaku, la representación de Mushashi…
Cada vez que le tocaba salir a un grupo, se apagaban todas las luces y se levantaba cierta expectación cuando se anunciaba por las pantallas gigantes la siguiente demostración. Pensar que ahí abajo iba a estar en una hora apenas…ya me aceleraba el pulso.
Me llamó la atención sobre todas las demás demostraciones, el grupo de discapacitados. Sin duda su maestro es alguien especial, pues lo que aquellos chicos realizaron, fue cuando menos, digno de elogio. Cuando terminaron levantaron al pabellón entero, llevándose una gran y merecida ovación.
Y poco a poco llegó la hora de volver a la sala de calentamiento!

Poco después nos llamaron para prepararnos y al poco ya estábamos en el túnel de acceso al tatami.
Allí, a oscuras se podía entrever parte de las gradas y poco más. Se escuchaba bien el murmurar del público que aguardaba y al comentarista anunciarnos.
De repente, la chica de la organización que daba paso nos miró y gritó “go go go!!” mientras señalaba para que avanzásemos.
Y allí salimos a la carrera. A mi derecha la fila de los maestros y detrás Jhonny y el resto de compañeros…delante y alrededor, emoción en estado puro. No se puede describir ese momento.
Todos expectantes de nuestra entrada, del espectáculo que íbamos a ofrecerles.
Cómo cambió la situación al pisar el tatami.
Desaparecieron los nervios, la tensión, el público, las cámaras…teníamos un trabajo que hacer, y cumplimos. Manu nos había preparado para ese momento. habia sido capaz de transmitirnos la calma y clase necesarias para desarrollar el trabajo que debíamos hacer. Y por supuesto que dimos todo y mucho mas.
Fue fugaz, contundente y espectacular.
Nos llevamos una buena recompensa en forma de aplausos y vítores, pero cuando salió Carlos, con sus 11 años, pateando a Charlie de aquella manera, con aquel desparpajo, arrancó un aplauso aún mayor y consiguió que el público riese ante la escena.
Nos retiramos en la oscuridad, tal y como entramos, pero esta vez dejando atrás el aplauso del pabellón y nuestra semilla que quedo grabada en las mentes de tanta gente. Nada más dejar la zona principal, nos felicitamos y abrazamos. Ya no había tensión ni nervios ni nada, podíamos respirar ya tranquilos.
Poco después, tocaba regresar al tatami junto con todos los participantes, para despedirnos todos y saludar y agradecer al público. Alzamos los brazos aplaudiendo, mirando hacia cada zona de gradas. Ese fue otro momento de los que no se olvida.
Hicimos fotos desde el tatami y agradecimos a la grada y a ese público en particular tan especial, que se emocionó con y por nosotros.
A todos, gracias por los ánimos y apoyo incondicional.


Luis, Charlie, Jhonny, pero sobre todo al amigo Bart y al maestro Manu…gracias.
Y bueno, Francia muy bonita, muy cara, con un metro estupendo, pero sin duda digna de ver. Eso si, con tiempo.

David Mier (Secretario Shen Uh Kwan)

El circulo del 99.

Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente, que como todo sirviente de rey triste, era muy feliz.
Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre.
Un día el rey lo mandó llamar.
- Paje, le dijo, ¿Cuál es el secreto?
- ¿Qué secreto, Majestad?
- ¿Cuál es el secreto de tu alegría?
- No hay ningún secreto, Alteza.
- No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.
- No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.
- ¿Por qué estás siempre alegre y feliz? ¿eh? ¿Por qué?
- Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos. ¿Cómo no estar feliz?
- Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar - dijo el rey.
Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.
- Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando.
- ¡Vete, vete antes de que llame al verdugo!
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse como el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.
- ¿Por qué el es feliz?
- Ah, Majestad, lo que sucede es que el esta fuera del círculo.
- ¿Fuera del círculo?
- Así es.
- ¿Y eso es lo que lo hace feliz?
- No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
- A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz.
- Así es.
- ¿Y cómo se salió?
- ¡Nunca entró!
- ¿Qué círculo es ese?
- El círculo del 99.
- Verdaderamente, no te entiendo nada.
- La única manera para que entendieras, seria mostrártelo en los hechos.
- ¿Cómo?
- Haciendo entrar a tu paje en el círculo.
- Eso es, obliguémoslo a entrar.
- No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.
- Entonces habrá que engañarlo.
- No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solo.
- ¿Pero el no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?
- Si se dará cuenta.
- Entonces no entrará.
- No lo podrá evitar.
- ¿Dices que el se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en el y no podrá salir?
- Tal cual. Majestad, ¿estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?.
- Si.
- Bien, esta noche pasaré a buscarte. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. 99!-
- ¿Que más? ¿Llevo los guardias por si acaso?
- Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.
- Hasta la noche.
Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje.
Ahí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarro la bolsa y le pincho un papel que decía:
"Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste".
Luego ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeó y volvió a esconderse. Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde atrás de unas matas lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, la apretó contra el pecho, miró hacia todos lados de la puerta, y se volvió a meter a la casa, el rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena.
El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado solo la vela. Se sentó y vació el contenido sobre la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡Era una montaña de monedas de oro!. El que nunca había tocado una de estas monedas, tenía hoy una montaña de ellas solo para él.
El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacia brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacia pilas de monedas.
Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis... y mientras sumaba 10, 20,30, 40, 50, 60 ... hasta que formó la última pila: 9
monedas!!
Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más, luego el piso y finalmente la bolsa. "No puede ser", pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja.
-¡Me robaron! -gritó. -¡Me robaron, malditos!. Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vació sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba.
-¡Solo 99! No puede ser, me falta una moneda.
-¡A nadie se le ocurriría dar solamente noventa y nueve monedas como recompensa!
Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro ¡Solo 99!. Noventa y nueve monedas de oro es mucho dinero, pensó. Pero me falta una moneda.

Noventa y nueve no es un numero completo - pensaba. -Cien es un número completo, pero noventa y nueve, no. ¡Necesito la otra moneda!
El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se le habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que se asomaban los dientes. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña.
Luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?
Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el calculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario.
-¡Doce años es mucho tiempo!, pensó. Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y el mismo, después de todo, el terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello.
Saco las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. -¡Era demasiado tiempo!. Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender. Vender... Vender.
Estaba haciendo calor. ¿Para que tanta ropa de invierno? ?Para que más de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.
El rey y el sabio, volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99.
Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando con pocas pulgas.
- ¿Qué te pasa?- pregunto el rey de buen modo.
- Nada me pasa, nada me pasa.
- Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
- Hago mi trabajo. ¿No? ¿Qué quería su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?
No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.
Tu y yo, y la mayoría de nosotros hemos sido educados en esta estúpida ideología: Siempre nos falta algo para estar completos, y solo completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto, nos enseñaron que la felicidad deberá esperar a completar lo que falta. Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca se puede gozar de la vida.
Siempre necesitamos más para ser felices. Queremos algo, y cuando lo alcanzamos, entonces no es suficiente. Entonces queremos más para ser felices, y creemos que necesitamos más para ser felices, y luego más, y más. Pero que pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedó con lo nuestro, que nada tiene de más redondo cien, que noventa y nueve, que todo es solo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros, para que jalemos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados.
Cuántas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como están.

martes, 23 de agosto de 2011

EL ARBOL DE LA MENTIRA

La Verdad y la Mentira se pusieron a vivir juntas.
Pasado cierto tiempo, la Mentira, que es muy inquieta, le propuso a la Verdad que plantaran un árbol, para que les diese fruta y así disfrutar de su sombra en los días más calurosos. La Verdad, que no tiene doblez y se conforma con poco, aceptó la propuesta.
Cuando el árbol estuvo plantado y empezó a crecer frondoso, la Mentira propuso a la Verdad que se lo repartieran entre las dos, cosa que agradó a la Verdad. La Mentira, dándole a entender con razonamientos muy bellos y bien construidos que la raíz mantiene al árbol, le da vida y, por ello, es la mejor parte y la de mayor provecho, aconsejó a la Verdad que se quedara con las raíces, que viven bajo tierra, mientras ella se contentaría con las ramitas que aún habían de salir y vivir por encima de la tierra. El riesgo sería importante, pues estarían a merced de los hombres, que podrían cortarlas o pisarlas, cosa que también podrían hacer los animales y las aves. Además, le dijo que los grandes calores podrían secarlas, y quemarlas los grandes fríos. Por el contrario, las raíces no estarían expuestas a estos peligros.
Al oír la Verdad todas estas razones, como es bastante crédula, muy confiada y no tiene malicia alguna, se dejó convencer por su compañera la Mentira.
La Verdad se metió bajo tierra para vivir, pues allí estaban las raíces, que ella había elegido, y la Mentira permaneció encima de la tierra, con los hombres y los demás seres vivos.
Y como la Mentira es muy lisonjera, en poco tiempo se ganó la admiración de la gente, porque su árbol comenzó a crecer y a echar grandes ramas y hojas que daban fresca sombra; también nacieron en el árbol flores muy hermosas, de muchos colores.
Al ver un árbol tan hermoso, muchas personas empezaron a reunirse junto a él muy contentas; gozaban de su sombra y de sus flores; la mayoría de la gente permanecía allí, e incluso quienes vivían lejos se recomendaban el árbol de la
Mentira por su alegría, sosiego y sombra fresca.
Así, la Mentira se sentía muy honrada y era muy considerada por quienes buscaban siempre su compañía: al que menos se acercaba a ella y menos sabía de sus artes, todos lo despreciaban, e incluso él mismo se descalificaba.
Mientras esto le ocurría a la Mentira, que se sentía muy feliz, la triste Verdad estaba escondida bajo la tierra, sin que nadie supiera de ella .Viendo la Verdad que no tenía con qué alimentarse, sino con las raíces de aquel árbol que la Mentira le aconsejó tomar como suyas, y a falta de otro alimento, se puso a roer y a cortar para su sustento las raíces del árbol de la Mentira. Aunque el árbol tenía ramas gruesas, hojas muy anchas que daban mucha sombra y flores de colores muy alegres, antes de que llegase a dar su fruto fueron cortadas todas sus raíces, pues tuvo que comérselas la Verdad.
Cuando las raíces desaparecieron, la Mentira estaba a la sombra de su árbol con todas las personas que aprendían sus artimañas, se levantó viento y movió el árbol que, como no tenía raíces, muy facilmente cayó derribado sobre la Mentira, a la que hirió y quebró muchos huesos, así como a sus acompañantes, quienes resultaron malheridos.
Entonces, por el vacío que había dejado el tronco, salió la Verdad, que estaba escondida, y cuando llegó a la superficie vio que la Mentira y todos los que la acompañaban estaban muy maltrechos. Habían recibido gran daño por haber seguido el camino de la Mentira.
La Mentira tiene ramas muy grandes y sus flores. Sus palabras, pensamientos o halagos, son muy agradables y gustan mucho, pero son efímeros y nunca llegan a dar buenos frutos.
A quienes usan de los halagos y engaños de la mentira, evitalos cuando puedas, porque cuando se encuentren más confiados, les sucederá lo mismo que al árbol de la Mentira y a quienes se cobijaron bajo él.

TRATAMIENTO DE VARICES Y TROMBOFLEBITIS

Las venas varicosas son vasos sanguíneos en los cuales las diminutas válvulas unidireccionales no consiguen mantener el flujo sanguíneo en una dirección (hacia el corazón). Cuando una serie de válvulas degenera, la sangre se acumula (se mezcla) en el sitio, provocando abultamientos que es lo que se conoce como varices. Aparecen con mucha más frecuencia en las venas de las piernas próximas a la superficie de la piel; las que se desarrollan en el ano se denominan hemorroides.
La mayoría de varices no ocasiona apenas trastornos. Sin embargo, cuando las varicosidades se desarrollan en venas ocultas más profundas de la pierna pueden inflamarse y provocar flebitis. Esa sangre estancada forma trombos que pueden afectar a las venas superficiales (tromboflebitis superficial) o profundas (trombosis venosa profunda). La trombosis venosa prolongada puede dar lugar a una insuficiencia venosa crónica en la que hay edema, dolor, pigmentación de estasis, dermatitis de estasis y ulceración de estasis. La trombosis se acompaña, prácticamente siempre, de flebitis, por lo que los términos de trombosis y tromboflebitis se emplean de forma intercambiable. La trombosis puede producirse sobre la base de alteraciones de la coagulación que pueden ser familiares o relacionadas con una afección maligna subyacente.
La lesión endotelial puede descubrir el conjuntivo, provocando una agregación plaquetaria y la liberación de tromboplastina por el tejido que, cuando hay estasis o hipercoagulabilidad, desencadena el mecanismo je coagulación. Muchos factores pueden contribuir a la trombosis venosa: lesión del endotelio de la vena, por ejemplo, por catéteres permanentes, inyección de sustancias irritantes, tromboangeítis obliterante y flebitis séptica; hipercoagulabilidad asociada a tumores malignos, discrasias sanguíneas, contraceptivos orales y tromboflebitis idiopática, y estasis en los estados postoperatorios y posparto, tromboflebitis varicosas y la tromboflebitis que complica el reposo en cama prolongado de cualquier enfermedad r::2. insuficiencia cardíaca, ictus y traumatismos. La inmóvilización prolongada con las piernas entras se viaja (especialmente en los vuelos prolongados) es un factor de riesgo, incluso en personas normales. El ejercicio agotador de los músculos de la extremidad afectada (p. ej., brazo) es también un factor de riesgo.
MANIFESTACIONES CLINICAS
-Inflamacion, enrojecimiento, dolor, calor, hipersensibilidad.
-Vena superficial trombosada como un cordon.
-edema.
-plenitud, dolor. fatiga en las piernas.
-Empeoramiento estando de pie y mejoria con el reposo
Dermatitis y ulceraciones de estasis

DIAGNÓSTICO
La tromboflebitis superficial se diagnostica por los síntomas y por el hallazgo a la exploración de un cordon venoso superficial, sensible, inflamado. Los hallazgos específicos en el miembro (p. ej., edema, venas superficiales dilatadas), la evidencia de una embolia pulmonar y la situación clínica general que incluye los factores de riesgo, permiten al médico valorar la probabilidad de una tromboflebitis. El diagnóstico puede confirmarse mediante pruebas no invasivas o por venografia, si es necesario.

MEDICINA TRADICIONAL CHINA DIFERENCIACION DE SINDROMES Y TRATAMIENTO
Para la MTCH. Esto cursaria con una deficiencia de Qi de BP que no es capaz de nutrir los vasos y por tanto se alteran (varices). Esta deficiencia también provoca acumulación de Humedad que puede obstruir los vasos (tromboflebitis). Si bien sabemos que nuestro tratamiento no va a ser ninguna panacea, sí podemos ayudar y aliviar mucho al paciente, asi como con tiempo y paciencia, mejorar e incluso llegar a solucionar el problema, pero eso sí, siempre con tiempo, ya que el tratamiento para las varices es siempre a medio o largo plazo.
La selección de puntos a trabajar seria la siguiente:
-9P: punto de acción especial sobre la ciculacion.
-5BP: punto acción venosa
-20V: tonifica el BP
-36E + 6BP: tonifican el BP y dispersa Humedad
-3BP + 40E: metabolizan la Flema
-9BP: elimina Hum1edad
-Auriculopuntura: pulmon, bazo, corazón, shenmen y puntos de los meridianos de paso de las zonas locales, como pueden ser riñon, bazo, hígado, etc…
-Martillo de 7 puntas: golpeando suavemente las varices hasta enrojecer toda la zona, activando la circulación de “QI”. (aunque pueda parecer muy agresivo y doloroso, es extremadamente eficaz)

Cultivar el interior

Vigilancia
¿Hay algo que yo pueda hacer para llegar a la iluminación? Tan poco como lo que
puedes hacer para que amanezca por las mañanas. Entonces, ¿para qué valen los
ejercicios espirituales que tú mismo recomiendas? Para estar seguro de que no
estáis dormidos cuando el sol comienza a salir.

Presencia
¿Dónde debo buscar la iluminación?.
Aquí.
¿Y cuándo tendrá lugar?.
Está teniendo lugar ahora mismo.
Entonces, ¿por qué no la siento?.
Porque no miras.
¿Y en que debo fijarme?.
En nada. Simplemente mira.
Mirar ¿qué?.
Cualquier cosa en la que se posen tus ojos.
¿Y debo mirar de alguna manera especial?.
No. Bastará con que mires normalmente.
Pero ¿es que no miro siempre normalmente?.
No.
¿Por qué demonios...?
Porque para mirar tienes que estar aquí, y casi siempre no lo estás.

Interioridad
El discípulo quería un sabio consejo. Ve, siéntate en tu celda, y tu celda te
enseñará la sabiduría, le dijo el Maestro. Pero si yo no tengo ninguna celda...
Si yo no soy monje... Naturalmente que tienes una celda. Mira dentro de ti.