martes, 9 de octubre de 2012

Los bonsái, esos árboles mágicos con un aparente equilibrio que pueden romper la armonía.


Los bonsái, esos árboles mágicos con un aparente equilibrio que pueden romper la armonía.

 
El arte del bonsái al contrario de lo que la gente se piensa, se origino en China hace unos dos mil años, como objeto de culto para los monjes taoístas. Para ellos era símbolo de eternidad, el árbol representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra. Este arte consistía en transmitir to
das las características de un árbol desarrollado en la naturaleza a un árbol pequeño cultivado en maceta. Se buscaba reproducir estos árboles según los existentes en las altas montañas por lo cual utilizaban sólo especies que existían en los montes y que ya poseían formas especiales en su intensa lucha contra las adversidades climáticas. 
Mucho mas tarde llegaron a Japón donde evolucionaron al arte actual, aparentemente maravilloso y espectacular, pero pudiendo ser un peligro para el feng shui.
Hay una gran diferencia entre el bonsái chino y el japonés, porque hay formas muy distintas de entender las cosas, mientras que en Japón las cosas son muy meticulosas, rituales y rallando la excentricidad, buscando recrear un paisaje y un equilibrio perfecto casi imposible, en China las cosas surgen por si solas, fluyen libremente y jamás se entorpece los caprichos de la naturaleza, por lo que nunca se va a amputar el crecimiento de una planta si no queremos bloquear y estancar la energía, y mucho menos nunca meteremos algo que sufre dentro de casa, en China los bonsái son muy distintos a los Japoneses, por empezar las macetas son grandes y profundas para que las raíces crezcan libremente y no sufran. Los bonsái japoneses tienen la maceta muy baja, muy pequeña y con muy poca tierra, con lo que cortamos el crecimiento natural en seco, por si fuera poco se alambran las ramas para llevarlas por fuerza al lugar deseado y se poda a veces traumáticamente con lo que la planta tiene un gran sufrimiento y por si fuera poco eso lo metemos en nuestras instancias llevando ese sufrimiento a nuestro hogar. Esto es bastante desaconsejable si se quiere mantener el equilibrio en cualquier lugar.
Los bonsái chinos tienen una gran maceta para que el árbol crezca libremente, nunca se alambran las ramas sino que la forma se va consiguiendo poco a poco y de forma natural, con pequeñas podas sin forzar a la naturaleza a nada, las cosas van llegando cuando tienen que llegar, de esta forma la planta está feliz y libre de manera que puede mostrarse en todo su esplendor aportando todo su Ki y toda su fuerza. En el momento en que la maceta se va quedando pequeña, se cambia por una más grande, dando de esta forma más vida al árbol….



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