Según una historia, popular en toda Asia, el Emperador de
Jade tenía una hija llamada Zhinu, a la que con frecuencia se representa
tejiendo nubes de colores en el cielo. Todos los días bajaba a la tierra con la
ayuda de una túnica mágica para bañarse. Un día, un modesto pastor llamado
Niulang vio cómo Zhinu se bañaba en el río y se enamoró de ella. Robó su túnica
mágica, qu
e ella había dejado junto a la orilla, e impidió así que
volviera al cielo. Cuando Zhinu salió del agua, Niulang se la llevó a su casa.
al enterarse el Emperador de Jade se enfureció, pero fue
incapaz de hacer nada ya que para por entonces su hija se había enamorado del
pastor y se habían casado. Sin embargo, al pasar el tiempo, Zhinu sintió
nostalgia de su casa y quiso ir a visitar a su padre. Encontró la túnica
mágica, que su marido había escondido en una caja, y volvió al cielo. Una vez
que hubo regresado, el Emperador trazó un río en medio del firmamento (la Vía
Láctea) para que Zhinu fuera incapaz de regresar con su marido. Pero sintió
lástima de los jóvenes amantes y el séptimo día del séptimo mes del calendario
lunar permite que se encuentren en un puente sobre el río.
La historia sería la explicación mitológica para un fenómeno
que se puede observar en el firmamento. La estrella Vega (Zhinu), de la
constelación de Lyra, está situada al este de la Vía Láctea y la estrella
Altair, de la constelación del Águila, está al oeste. Sin embargo, durante el
primer cuarto lunar (séptimo día) del séptimo mes lunar (en torno a agosto),
las condiciones lumínicas hacen que la Vía Láctea aparezca más ténue, como si
un puente uniera las dos estrellas. Este día se celebra en China, y en otros
países asiáticos, una fiesta llamada Qi xi, similar al día de San Valentín en
occidente. Si llueve, se dice que son las lágrimas de Zhinu que llora al
reencontrarse con su esposo.
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